miércoles, 16 de mayo de 2007

El problema sudamericano

Sudamérica y economía son dos palabras que, al verse, tiemblan. Excepto raros casos, diríamos que son como enemigos irreconcilliables.

Argentina tiene el permanente mono del populismo. Enfermedad de la izquierda más irracional que, por el apego a la inmadurez, destruye todo lo que un país puede generar (véase las ambas crisis del '89 y '02)

Entre Chavez y Castro, siguen empeñados en eliminar el mercado y la sociedad civil, controlándolo todo y negando cualquier tipo de libertad económica. De momento el camarada venezolano puede jugar a las revoluciones gracias al petróleo, pero el tiempo pondrá
cada uno en su sitio (de hecho Cuba ya está donde Castro la ha guiado).

Don Evo Morales participa de la visión más inocente de todas (influenciada por su compañero Hugo): la nacionalización de empresas, como el caso de las petroleras ("Quitar a los ricos para dar a los pobres" debió pensar). Lástima en que no cayera en el hecho que
todas las inversiones del extranjero están desapareciendo del país y que solo cuenta ahora con los "revolucionarios" latinos para sacar a su país de la miseria.

La excusa que "son los imperialistas los que nos quitan los recursos" es la eterna justificación de quien no quiere trabajar, sino vivir a costa de los demás. Es por eso que los ejemplos de países con modelos de crecimiento económico no vinculados a sus recursos
naturales, véase Holanda (en '80-'90) o Irlanda ('00) o pone de los nervios a estas sociedades, lo que demuestra su dejadez natural.

El punto clave , pues , donde está?

Como no, en la educación. La sociedad sudamericana es la culpable de este enfoque tan corto placista que tiene. El cual la hace incapaz para poder desarrollarse y crecer.

Solo la concepción de un hombre libre de ideologías, con afecto a la realidad y que ama su destino puede llegar a construir.

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